Salia Sanou, Burkina Faso Bailarín, y coreógrafo.
Danza o sentido del futuro.
¿Cómo transmitir este mensaje a
toda la comunidad de humanos sin pensar en todos esos cuerpos migratorios,
obligados a viajar y a exiliarse en todo el mundo? Como coreógrafo y bailarín,
habiendo viajado por todos los continentes para presentar mi trabajo y tener
experiencias enriquecedoras en contacto con otros, ¿Puedo apartar la vista del
caos que sacude al mundo, y en particular, el peligro migratorio? No, lo miro
con la oscuridad, la brutalidad, pero también con todas las oportunidades; las
oportunidades que la danza contemporánea me ha permitido descubrir para ser
parte de una era. La cuestión que la migración convoca, más allá de su conexión
política, la cuestión de mirarse así mismo en el otro. Una mirada alimentada
por un imaginario que drena una idea sesgada, condescendiente, estereotipada,
del exterior, es decir, un cuerpo intrusivo del tejido social. Ahora, nos guste
o no, ya sea que lo reconozcamos o no, todos compartimos, cualquiera que sea el
color de nuestra piel, cualesquiera que sean nuestros orígenes, donde sea que
vivamos, una base común: la humanidad. Este es el paradigma que guía y nutre mi
proceso creativo. Si en mi trabajo como coreógrafo la cuestión de las
fronteras, territoriales, culturales, y la evidencia de las humanidades, está siempre
presente o incluso recurrente de una manera segura o más difusa,
invariablemente mantengo una curiosa relación con el tiempo, los espacios, los
desplazamientos, una relación sensible, y a veces frágil, constituida entonces
indudablemente probada en mi doble pertenencia a África y Europa. Con el
espectáculo“Desired’horizon”, cuyo vocabulario coreográfico como dramaturgia,
proviene de la experiencia de mi trabajo en talleres de danza con refugiados en
los campos de Burkina Faso y Burundi, traté de trascender las imágenes
producidas, traté de trascender la increíble violencia observada en estos
lugares, estos no-lugares, donde cada uno trata de vivir o al menos trata de
reinventar un poco de uno mismo. 3 / 4 | P a g e Bailar para ganarse la vida es
el mensaje que vengo a traer con la firma convicción de que un artista debe
encontrar la fuerza, el impulso y la energía para seguir la estela de la vida.
Esta experiencia de extrañeza, donde sentí en mi carne el profundo sangrado del
miedo, miseria, indignidad, me dio coraje y una difícil fuerza aún por definir
hoy. Esta inter-zona donde nada humano, lógico, o ético es tomado en cuenta,
este espacio fuera del derecho común, en los confines de la nada, donde la
vacilación, el absurdo, la violencia incesante; cuando viví allí, mi miedo se
convirtió en la máxima de mi coraje, sí, lo admito, este estado hasta ahora
desconocido me dio la voluntad de reconquistar, con la danza, un futuro pequeño
y un presente, ciertamente incierto pero estrellado con esperanza. ¡Sí, lo
expreso en voz alta, la danza puede inventarse y reinventarse a sí misma, aquí,
ahora y en cualquier otro lugar! Sí, el movimiento a veces tiene sus destellos,
sus armonías en lugares inusuales como en un campo de refugiados, toda una
historia que puede, gestos contra gestos, cuerpo contra cuerpo, fantasmas
contra espectros comienzan a danzar. Danzar para engañar a la soledad, la
espera, el dolor, danzar para dar luz a una mirada, danzar para protegerse del
miedo, danzar y danzar nuevamente. Esta experiencia única ha dado forma a un
enfoque de movimiento sin precedentes en mi trabajo coreográfico, me ha
revelado nuevas percepciones, sin duda me ha guiado a lo esencial de saber que
la danza es un arte importante, que oculta un conocimiento universal que ha sobrevivido
todo el tiempo, es un reflejo de las culturas y tradiciones que son tantas y
variadas como las líneas de unión entre los pueblos. Es una fuente de
significado. Para mí, es el arte de la vida, la poesía y la esperanza, es el
coraje y el principio para “luchar contra el destino, para sorprender el
desastre con el poco miedo que nos produce, a veces para enfrentar el poder
injusto, a veces para insultar la victoria del borracho, para aferrarse,
ponerse de pie; este es el ejemplo que la gente necesita, y la luz que los
electriza”, una magnifica cita de Víctor Hugo extraída de “Los Miserables” que
les entrego como conclusión y les comparto. Gracias. Traducción: Iván Díaz C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario