sábado, 11 de abril de 2015

Mensaje del Día Internacional de la Danza 2015




Por: Israel Galván
Bailaor y Coreografo



Carmen Amaya, Valeska Gert, Suzushi Hanayagi, Michael Jackson ... danza inclasificable. Yo no podría descifrar sus estilos de baile...los veo como turbinas generadoras de energía y esto me hace pensar en la importancia de la coreografía sobre esa misma energía del que baila.
Seguramente lo importante no es la coreografía , sino precisamente esa energía, el torbellino que provoca.
Imagino una bobina tesla  atrayéndolos a todos y emitiendo un rayo sanador y provocando una metamorfosis en los  cuerpos: Pina Bausch como mantis religiosa, Raimund Hoghe convertido en escarabajo pelotero, Vicente Escudero en insecto palo y hasta Bruce Lee en escolopendra.
Bailé mi primer dúo con mi madre, embarazada de 7 meses. Puede parecer una exageración. Aunque casi siempre bailo solo, imagino que me acompañan fantasmas que hacen que abandone mi papel de “bailaor de soledades”. No querría decir Didi-Huberman: de soleares.
De pequeño , no me gustaba el baile, pero  era algo que salía de mí de una forma natural y fácil. Casi instintiva.
Con el tiempo me di cuenta que el baile curaba, me hacía efecto, casi medicinal, me ayudó a no ser tan introvertido y a abrirme a otras personas.
He visto la imagen de un niño enfermo de ébola curándose a través de la danza. Se que es una superstición, pero, ¿sería eso  posible?
Después, el baile, acaba convirtiéndose en una obsesión que consume mis horas y que hace que baile hasta cuando me quedo quieto, inmóvil, apartándome así de la realidad de las cosas.
N o sé si esto es bueno, malo o necesario pero... así es. Mi hija Milena, cuando estoy quieto en el sofá pensando en mis cosas,  con mi propio run rún, me dice: papi, no bailes
Y es que veo. a la gente moviéndose al andar por la calle, al pedir un taxi, al moverse con sus diferentes formas, estilos y deformidades. ¡ Todos están bailando! ¡No lo saben pero todos están
bailando! Me gustaría gritarles: ¡hay gente que todavía no lo sabe! , ¡ todos estamos bailando! , ¡los
que no bailan no tienen suerte, están muertos, ni sienten ni padecen!.
Me gusta la palabra fusión. No como palabra de marketing, confusión para vender un determinado estilo, una marca. Mejor fisión, una mezcla atómica: una coctelera con los pies clavados en el suelo de Juan Belmonte, los brazos aéreosde Isadora Duncan y el medio cimbreo de barriga de Jeff Cohen en Los Goonies. Y con todos estos ingredientes hacer una bebida agradable e intensa, que esté rica o amarga o se te suba a la cabeza. Nuestra tradición también es esa mezcla, venimos de un coctel y los ortodoxos quieren esconder su fórmula secreta. Pero no, razas y religiones y credos políticos, ¡todo se mezcla! , ¡todos pueden bailar juntos!. Quizás no agarrados, pero sí unos al lado de los otros.
Hay un antiguo proverbio chino que dice así: el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo. Cuando una mosca levanta el vuelo en Japón, un tifón sacude las aguas del Caribe. Pedro G Romero , después de un aplastante baile por sevillanas, dice: el mismo día que cayó la bomba en Hiroshima, Nijinsky repitió su gran salto en un bosque de Austria. Y yo sigo imaginando: un latigazo de Savion Glover hace girar a Mikhail Baryshnikov. En ese momento, Kazuo Ono se queda quieto y provoca una cierta electricidad en María Muñoz que piensa en Vonrad Veidt y obliga a que Akram Khan provoque un terremoto en su camerino: semueven sus cascabeles y el suelo se tiñe con las gotas cansadas de su sudor. Me gustaría poder dedicar este Día Internacional de la Danza y estas palabras a una persona cualquiera que en el mundo esté bailando en este justo momento. Pero, permitidme una broma y un deseo: bailarinas, músicos, productores, críticos, programadores, demos un fin de fiesta, bailemos todos, como lo hacía Béjart, bailemos a lo grande, bailemos el Bolero de Ravel, bailémoslo juntos.


Israel Galván*



*Israel Galván de los Reyes (1973)  bailaor y coreógrafo flamenco español y Bético, conocido artísticamente como Israel Galván. Nació en Sevilla, España.

Se hizo famoso en el mundo del flamenco por sus complicados pasos de baile con complicados movimientos de pies, así como por proponer un lenguaje expresivo propio, desconocido hasta el momento en el baile flamenco, basado en fragmentaciones, mezclas, sumas de gestos.
En los años 2002 y 2003 consolidó su reconocimiento en EE UU, Japón e Hispanoamérica. Además, fue requerido por Enrique Morente en su conciertos, grabaciones de discos como El pequeño reloj o en la película documental: Morente sueña la Alhambra. De Israel Galván dijo Morente: "es el más viejo de los bailaores jóvenes".
Cabe destacar su intervenciones dancísticas en obras de música clásica española, donde pudo contemplarse una absoluta cohesión entre el lenguaje expresivo del baile flamenco ortodoxo, la danza clásica española y sus figuras o actitudes personales. Ejemplos de ellos son su participación, a finales de junio de 2004, en el Fórum Universal de las Culturas 2004 en Barcelona, con gran éxito en el espectáculo Cante y Orquesta, junto a Miguel Poveda, Juan Gómez "Chicuelo" y la OBC (Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña), con la dirección de Joan Albert Amargós.
En 2006, el filósofo e historiador de arte Georges Didi-Huberman (tras haberle seguido desde el estreno en Sevilla de Arena, en octubre de 2004) publicó el libro: Le danseur des solitudes (El bailaor de soledades, Pre-Textos), una disertación ensayística en torno a la figura de Israel Galván y su obra inspirada en la tauromaquia Arena, con referencias a Bergamín o Chaves Nogales, así como, incluso, a la idea de 'pathos' en Aby Warburg.
Ha recibido numerosos premios de danza. La edad de oro ha recibido el Premio Flamenco Hoy 2005 al mejor espectáculo de baile, y Tábula rasa el Premio Flamenco Hoy. En 2006, fue coreógrafo de La francesa, con Pastora Galván como bailarina protagonista única (recibió los premios Giraldillo a “la mejor música” y “al espectáculo más innovador”).
Ha participado en el Festival de Avignon, 2009, y en toda Francia antes de ser reconocido por toda España.
Premios Max es el premio de teatro más importante de España. En 2014, Israel Galván ganó el premio en las 3 categorías coreografía, interpretación y espectáculo por su trabajo 'Lo real'.